Queridísimo diario hoy he vuelto a recordarle, sí, he vuelto a
recordar esos ojitos pequeños oscuros, he vuelto a recordar esos besos que un
día, me dejaron sin aliento, también he vuelto a recordar la última vez que me
abrazó y como me perdí en aquel abrazo al que volvería una vez tras otra; he
vuelto a recordar la última vez que me cogió las manos y los terremotos que
recorrían mi cuerpo cada vez que lo hacía, sabiendo que quería recorrer todos y
cada uno de nuestros lugares favoritos agarrada a aquella mano; he vuelto a
recordar todas y cada una de sus caricias, de sus suspiros en mi cuello, he vuelto a recordar aquella sonrisa, esa
sonrisa de la que estaba enamorada, esa sonrisa que me alegraba las mañanas, y
es que no había cosa más bonita que verle sonreír y que lo mejor era cuando la
que le provocabas la sonrisa eras tú. He vuelto a recordar cómo me hacía feliz
cada día con un simple 'Buenos días' y es que no todos los días eran buenos
pero desde que estaba a mi lado las lagrimas se habían vuelto sonrisas y las
promesas rotas se habían convertido en nuevas ilusiones, que él unió todos y
cada uno de los pedazos que se había roto en mi -algo que nadie había
conseguido- de la misma forma en la yo le cure todas y cada una de sus heridas
recordándole bajito lo mucho que le necesitaba y que estaba dispuesta a matar a
todos los monstruos que le habían destrozado hasta ahora y besar todas sus
heridas, despacito, no vaya a ser que duela.
En definitiva, lo recordé a él, a lo feliz que me hacía cada
día con la más mínima tontería, y duele recordar algo que ya no tienes, porque
te hace acordarte de lo débil que eres cuando se trata de él y de lo mucho que
lo necesitas en tu vida.